Miércoles 17 de mayo de 2023
Hace 13 años, nuestro vecino rescató al animal cuando nació en un camión cargado de vacas de descarte. Desde entonces, han sido inseparables. Ahora sus anécdotas son replicadas hasta en los medios nacionales y del mundo.
Desde hace 40 años, nuestro convecino Carlos Valinote (78), ´Don Vali” como lo conocen todos, comenzó esta historia de pasión hacia los animales, con ejemplares de cebú.
Vali es oriundo de French y radicado hace décadas en 9 de Julio. Durante su actividad laboral se dedicó a la albañilería, moliendo escombros.
Por sus manos han pasado alrededor de 12 ejemplares de esta subespecie de ganado bovino que despierta curiosidad y con su joroba pronunciada llama la atención de mucha gente.
Así como en alguna oportunidad al observar animales de gran tamaño, a muchas personas les daba cierto miedo o respeto, el contacto con un cebú ayuda a bajar la barrera del prejuicio. En realidad, es una raza doméstica, muy dócil al trato e inofensiva.
La historia de Valinote con los cebúes de empezó hace cuatro décadas, cuando trabajaba en la feria. El primero que tuvo lo consiguió cuando cambió un toro por un ternero holando.
Asegura que “esta raza me gusta mucho, en los corrales del ferrocarril tuve entre 9 y 10, pero los tuve que vender porque me tuve que ir del lugar. Esa primera etapa de Valinote, con los cebúes en los corrales y concluyó hace aproximadamente 17 años.
Pero esta nueva historia de Valinote con “Cebucho”, el único los ejemplar de la raza que posee actualmente, nació cuando le ofrecieron un primer ejemplar que había llegado en una jaula a Los Toldos. Pero se encontró en ese mismo camión con otro recién nacido al que bautizó “Cebucho”.
Ahora tiene 13 años, él lo define como “una criatura”, es un animal muy doméstico. Con el correr de los años Don Vali ha recibido muchas invitaciones por parte centros tradicionalistas a desfilar. Al principio no fue fácil, no lo invitaban porque ´tenían miedo que el cebú haga alguna macana, no me querían llevar´.
Después vieron que el cebú era mansito, que andaba entre la gente, “ahora se pelean para llevarme”, asegura.
Además de los desfiles de la ciudad de 9 de Julio, y de las fiestas populares del Partido recibió invitaciones de Bolívar, Carlos Casares y otros lugares de la zona. “La gente cuando lo ve se enloquece, es algo de no creer”, expresó.
Actualmente Valinote se toma algunos momentos del día junto a Cebucho -por la mañana o la tarde- en la Rotonda de Ruta 65, compartiendo momentos agradables con el cebú y la gente que pasa por el lugar. Es algo muy lindo y posee muchas anécdotas. “Hay mucha gente que se saca fotos, entre ellos posó Maru Botana. También se toman de muchas partes del país, que transitan por el lugar. Voy una hora por día y la gente se saca fotos: yo no les cobro, el que quiere me dan lo que puede”, explicó.
La historia de Don Vali y Cebucho nos recuerda el poder de la amistad y la conexión entre los seres humanos y los animales, dejando una huella imborrable en la comunidad donde residen.
